La India es reconocida, entre otras cosas, por Bollywood, la industria cinematográfica más prolífica del planeta y que de algún modo parodia -con bajo presupuesto- lo que lanza cada año Hollywood. Sin embargo, la industria automotriz india se va posicionando como otro gigante en ascenso que, si bien también empezó copiando, hoy produce vehículos de buena calidad para comercializar en diversos mercados del mundo.
Uno de esos exponentes es el Nuevo Polo, sedán compacto que acabamos de probar y que -vale recordarlo- sólo comparte el nombre con el noble producto que Volkswagen vendió por acá en los noventa y que tantas satisfacciones le dio a las familiar argentinas.
A bordo
A simple vista estamos ante un modelo que se ubica perfectamente entre el Voyage y el Vento y que tiene unos cuantos competidores. Con 4.384 mm de largo y una distancia entre ejes de 2.552 mm es rival directo del Ford Fiesta KD (4.407 mm y 2.489 mm), el Chevrolet Sonic Sedán (4.399 mm y 2.520 mm) y el Toyota Etios (4.265 mm y 2.550 mm), así como lo del Fiat Grand Siena (4.290 mm y 2.511 mm), Renault Logan (4.350 mm y 2.634 mm) y el discontinuado Honda City (4.440 mm y 2.600 mm).
Pero, ¿quién querría comprarse un sedán indio habiendo semejante oferta en el Mercosur? A ver, resulta imprescindible dejar los prejuicios afuera antes de ponerse al volante del Polo. Considerando que estamos ante un vehículo familiar no se le pueden pedir grandes lujos o prestaciones dinámicas propias de un Audi S4 pero estamos en condiciones de asegurar que la ecuación supera la media del segmento.
La calidad percibida es muy buena, tanto a la vista como al tacto; plásticos, detalles en Piano Black, tapizados y encastres que están a la altura de un auto hecho en Argentina, Brasil e incluso en México, que suele posicionarse un escalón por encima.
La configuración elegida para nuestro mercado es muy completa y se destaca por ofrecer desde climatizador automático Climatronic hasta pantalla multimedia táctil con navegador incorporado (al menos en la versión que probamos, ya que se ofrece como opcional).
Esto se complementa conectividad Bluetooth, alza-cristales con one touch en las cuatro puertas, regulación eléctrica de faros, salida de aire en las plazas traseras, apoya-brazos central con guarda-objetos, perchas en las plazas traseras…
Algo que nos llamó la atención es el volante porque si bien es de buen grip y está forrado en cuero cosido, es de aro chico; de esta forma, los comandos del audio (ubicados sobre la izquierda), de la computadora de abordo y de la telefonía (sobre la derecha), así como los del control de velocidad crucero están sobre el mismo brazo de las luces de giro, todo en tamaño mínimo, lo que dificulta de algún modo la operación.
Los relojes, en cambio, son de buen tamaño con marcadores claro y de aguja, y con el display de la computadora en el centro, con medidor de combustible digital. Y si bien no cuenta con medidor de temperatura analógico, sí lo ofrece de manera digital.
La habitabilidad es buena para cuatro adultos, con un buen espacio para piernas y cabeza, y con una tercera plaza trasera muy ajustada; de todos modos resulta muy adecuado para una familia con hijos chicos/adolescentes.
El baúl es un punto a tener en cuenta cuando se trata de un vehículo familiar y mucho más ante un sedán; los 454 litros de capacidad lo ubican en la media del segmento aunque por debajo de su “primo” el Voyage, que ostenta 480 litros. De todos modos tiene una boca ancha, piso plano y debajo del piso (donde se guarda el auxilio temporal GoodYear Duraplus 175/70 R14 con llanta de chapa) tiene un espacio extra para llevar matafuegos, balizas y herramientas varias.
En lo que respecta a la seguridad, la dotación está correcta y al combo doble airbag + ABS, el Nuevo Polo le suma luces diurnas, apoya-cabezas y cinturones de seguridad en todas las plazas, ganchos ISOFIX para sillas de niños y faros anti-niebla… Eso sí, carece de frenos de disco traseros y no cuenta con asistencias electrónicas como ESP (ni como opcional).
Al volante
La butaca tiene una muy buena sujeción lateral y se puede regular en altura mientras que la columna de dirección permite hacerlo en altura y en profundidad; esto garantiza una impecable posición de manejo en un auto que, hay que decirlo, aparenta ser más grande de lo que es. Y la visibilidad es adecuada, aún con espejos de tamaño algo justo.
Debajo del capó guarda un cuatro cilindros naftero de cuatro cilindros, 16v con inyección MPI. Eroga una potencia máxima de 105 cv @ 5.250 rpm y que alcanza un par neto de 153 Nm @ 3.750 rpm. Tiene una buena respuesta en el tránsito urbano con un correcto escalonamiento de marchas. En ruta y en alto régimen no se luce tanto por tener relaciones altas más largas, lo que indefectiblemente piden de un rebaje en caso de sobrepasos.
Donde nos dejó sabor a poco es en el ítem insonorización: el motor se escucha aún a bajas revoluciones y en uso urbano por encima de las 2.000 rpm, casi como si se hubiera buscado un sonido deportivo mediante la elección de un silenciador especial.
En ruta esto se siente aún más debido a que la caja de quinta no ayuda y el motor no viaja tan relajado como lo haría con una sexta marcha (hay una versión con transmisión automática Tiptronic de seis velocidades). Por otro lado, por arriba de los 120 km/h se percibe algún ingreso de viento.
A 100 km/h transita a un régimen de 2.500 rpm y consume 5.9 l/100 km, mientras que a 130 km/h el consumo es de 7,6 l/100 km y el cuentavueltas acusa 3.600 rpm.
Más allá de esto el andar es muy bueno, en todo momento se lo nota firme, aplomado y sin vicios ni rolidos al tomar curvas a alta velocidad. Al momento de frenar se hace evidente la ausencia de discos en las ruedas traseras, algo que hubiese mejorado su comportamiento, sobre todo para mantener la trayectoria.
La dirección asistida Servotronic es quizás uno de los puntos más altos de este tri-cuerpo que llega desde India, por su respuesta en todo tipo de maniobras, y adaptación a los cambios de velocidad.
El tema de las llantas y neumáticos es especial en el Nuevo Polo ya que la marca decidió ofrecer distintas alternativas, captando el interés que tienen muchos clientes por la personalización. De serie, calza llantas de aleación de 15″ diseño “Tosa” de cinco rayos. Pero hay otras opciones “de fábrica” que son una de 16″ de cinco rayos dobles modelo Syenit (la que más nos gusta) y una de 17″ Motorsport Black, de diez rayos.
Esta última es la que montaba la unidad que probamos, lo cual nos dejó con las ganas de comprobar la performance de la suspensión con un perfil menos deportivo que el de los neumáticos Pirelli P-Zero Nero en medida 215/40R17. De todos modos se comportó de buena forma, sin golpes y sin tocar los bajos.
Conclusión
Está más que claro que estamos ante un mini-sedán, porque es un cuatro puertas que tiene todo pero “chiquito”. ¿Y todo esto lo ofrece por cuánto? Precisamente por un poco más de lo que sale un Voyage y por bastante menos de lo que cotiza un Vento, no hay canibalización posible entre los tres modelos de VW. Porque, como reza su slogan, el Polo propone “otra forma de llegar”.
De haber un acuerdo automotor con India seguramente su precio sería mucho más competitivo y no pocas familias lo elegirían como su alternativa dentro de la gama de la marca alemana. A pesar de esto, y merced a algunas promociones vigentes (como las bonificaciones ofrecidas), poco a poco se lo empieza a ver en la calle y el Nuevo Polo se gana su -merecida- porción de mercado.
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