Crisis de semiconductores: Brasil prepara un plan para atraer fabricantes

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La llamada crisis de los chips o semiconductores fue uno de los coletazos más importantes que el Covid-19 dejó en la industria automotriz y a pesar de que el virus parece haber quedado atrás, el parate que se produjo en el pico de la pandemia a nivel global aún impacta hoy.

¿Qué pasó? No hay tantos productores, el grueso se localiza en Taiwán y Corea del Sur, la demanda es altísima porque los autos llevan muchísimos de estos componentes que se emplean para hacer funcionar desde un alzacristal hasta la ignición, y la escasez acarrea que muchas plantas en todo el mundo no puedan trabajar al 100% para abastecer la demanda; se estima que un auto mediano actual emplea alrededor entre 1.000 y 1.500 chips que cuestan entre u$s 1 y u$s 2.

Los especialistas estiman que el valor promedio del silicio, material base de los semiconductores, ronda los u$s 400 en un auto con motor de combustión, u$s 700 en un híbrido y u$s 1.000 en uno eléctrico. Teniendo en cuenta que cada chip cuesta como máximo u$s 2 es fácil hacer la cuenta de su impacto, sin dejar de mencionar que la ausencia de uno solo de ellos es suficiente para detener toda la línea de producción.

¿El resultado de esta combinación? Hay escasez de autos a nivel mundial y las pérdidas son millonarias; se estima que en los últimos dos años dejaron de fabricarse alrededor de 15 millones de autos por este tema.

Está claro que aún restan varios meses para que la solución aparezca, y es por eso que Brasil decidió tomar medidas: el flamante gobierno de Lula Da Silva quiere dejar de depender de productores extranjeros y para eso prepara un plan para que sean fabricados en su territorio.

“Estimamos que en 2021 dejamos de producir 370 mil vehículos por falta de componentes electrónicos en Brasil y el año unos 250 mil unidades”, reveló recientemente Márcio de Lima Leite, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automotores (Anfavea).

“La situación es un poco mejor ahora pero seguirá siendo un factor limitante para nuestra producción (…) en la primera mitad de 2023. Probablemente se extienda un poco más hasta finales de 2023 y principios de 2024”, admitió.

Las apreciaciones de Lima Leite no son exageradas: Volkswagen tuvo este año que parar momentáneamente la fabricación en tres de sus cuatro plantas brasileñas por este tema, y otras automotrices analizan semana tras semana su stock para hacer lo propio.

Pero como no sólo los fabricante de autos precisan de los chips y otros componentes electrónicos para producir es que se decidió avanzar en la confección de un plan de incentivos para buscar la radicación de plantas, pensando más en el mediano plazo.

VW Sao Jose das Pinhais

Línea de VW en Sao José das Pinhais, donde se fabrica la T-Cross.

¿Qué se ofrecerá? Reducción impositiva, fácil acceso en la importación de insumos para estos productos y estimular la formación de profesionales calificados, entre otras medidas. Esto es algo que Lula ya había puesto en marcha en 2007, cuando iniciaba su segundo mandato como presidente, y se llamó Programa de Apoyo al Desarrollo Tecnológico de la Industria de Semiconductores (PADI), mediante el cual se otorgaron créditos a las empresas que invirtieran en el desarrollo de tecnología.

La idea es hacer un PADI 2.0 y que esta vez funcione porque el impacto sería más que relevante.

Como Argentina no trabaja en algo parecido y la agenda parece estar en otro lado, quizás se favorezca “de rebote” con esta medida o algún político decida copiar la propuesta y replicarla de este lado de la frontera, aunque la escasa seguridad jurídica y la nula política de largo plazo no estimule a las empresas a afincarse en nuestro país.

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Sobre el Autor

Periodista desde 1994 y amante de los autos de toda la vida. En 2006 le di forma a este blog. ¿Más datos? Clic en la casita ->

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